Quién es y qué hace una doula: todo lo que siempre has querido saber

Doula y madre

No tuve una en mi parto, pero después de esta entrevista me hubiera gustado haberla tenido. Aproveché mi encuentro virtual con la doula colombiana Carolina Domínguez Alarcón que trabaja en Berlín para preguntarle TODO lo que quería saber acerca de las doulas. Esta es la entrevista.

¿Qué es una doula y qué hace exactamente?

Una doula, palabra que viene del griego “mujer que sirve” y que se pronuncia ‘dula’, es una persona que acompaña a las familias que tendrán un bebé desde su embarazo, durante el parto y en el tiempo posparto ofreciendo apoyo emocional, físico e informativo a lo largo de estas tres etapas.

¿Cómo funcionan las sesiones de consulta con una doula?

En las sesiones prenatales la doula explora junto con la familia los deseos, miedos y preferencias que tienen con respecto a cómo llevar el embarazo. Cómo prepararse para el parto, cómo construir una disposición y un ambiente tal que faciliten que el cuerpo haga lo que sabe hacer y cómo asumir los primeros meses después del nacimiento. Se discute de modo respetuoso y lo más objetivamente posible, aludiendo a varias fuentes de información, las preferencias que tienen frente al proceso del parto: en qué lugar y con qué proveedores de cuidado (médico, parteras, doulas) quieren tener el parto. Si prefieren esperar a tener un parto espontáneo o qué actitud tomar ante un ofrecimiento de inducción, qué tipo de manejo de dolor quisieran tener (cambio de posturas durante las contracciones, ejercicios, tina o ducha, aromaterapia, el método de hypnobirthing, masajes, posturas de yoga prenatal o analgésicos como epidural, gas, inyecciones con agua o con medicinas, entre otros). En qué momento prefieren cortar el cordón umbilical, qué ideas tienen alrededor de cómo criar a sus hijos como por ejemplo la decisión de ofrecer lactancia exclusiva o no, colecho o cuna o cuarto separados, se ofrece guía en el porteo seguro con fulares… Y muchos otros temas a los que se pueden enfrentar los padres.

¡Son un montón de cosas!, Carolina, ¿qué formación o entrenamiento debe tener una doula para hacer todo esto?

La doula debe estar entrenada con información de los más recientes estudios sobre estos temas así como también entrenada con una mirada holística, no sólo una perspectiva física sino también emocional para apoyar a las familias en el complejo y poderoso proceso de traer una nueva vida al mundo. La doula tiene una amplia experiencia y un profundo trasfondo informativo para que en estas discusiones ella sea una guía sin imponer sus propias preferencias. Su rol es asegurarse de que estas elecciones vengan de una postura informada, consciente y dialogada y apoyarlas velando porque sean respetadas en todo momento.

¿Una doula es lo mismo que una partera?

Una doula se diferencia de las parteras en cuanto a que su trabajo no incluye intervenciones médicas ni consejos médicos. La doula informa sin sugerir un camino, la doula ayuda a encontrar las preguntas que la familia necesita hacerse y a encontrar las fuentes informativas que necesitan para tomar decisiones que reflejen sus intereses, deseos y visión del futuro que quieren construir. Y el no intervenir ni examinar médicamente no es un menos sino, por el contrario, una gran ventaja: la doula está siempre y únicamente al servicio de la familia sin tener un superior al cual rendir cuentas: al no intervenir médicamente no depende del sistema del hospital o del  centro de partos o de las reglas de los seguros de salud. Esto le permite enfocarse sólo en las necesidades de la familia que la ha contratado porque esta familia es su único empleador.

Tú trabajas prevalentemente en Berlín, pero imagino que en muchas partes del mundo funciona parecido…

Sí, mientras los obstetras o las parteras en hospitales o centros de partos tienen a varias familias que atender a la vez y sus turnos pueden acabarse en medio del trabajo de parto, la doula ofrece un cuidado ininterrumpido y únicamente enfocado en una sola familia. Es común oír en las historias de parto a una mujer que dice “y le pedí a mi médica/partera que por favor no se fuera de nuevo, que no me dejara, pero me dijo que otros también estaban en trabajo de parto y tenía que revisarlos y acompañarlos también y me dejó así, sola, con mi compañero que estaba tan o más asustado que yo. Nunca la volví a ver, entraba siempre alguien nuevo por esa puerta mientras yo estaba en el momento de mayor vulnerabilidad de mi vida”. La doula es una presencia constante, no sólo acompañando a la persona embarazada porque los o las compañeras de quien está en trabajo de parto son una pieza indispensable en el desarrollo de los nacimientos seguros y empoderados.

¿Qué tan importante es el ambiente (condiciones y circunstancias del lugar y personas) a la hora traer un bebé al mundo?

Una persona embarazada que se siente amada y apoyada permitirá que su cuerpo se abra y se dé al proceso sin que la adrenalina sea una obstrucción por temor, incomodidad o tensión. Una persona amada, respetada y bien apoyada está en el ambiente ideal para dar a luz. Y para que su compañero o compañera puedan ser esa roca de amor y seguridad, necesitan también  tener descanso, comida, aire fresco, así como una guía sobre qué decir o qué hacer en momentos en que no estén seguros. Para ello también está la doula, para ofrecer esta información, para ser guardiana del espacio delicado y crucial que es el de un nacimiento.

¿Por qué decidiste convertirte en doula? cuáles fueron las experiencias que te llevaron a buscar ser una doula?

Creciendo en una familia bastante numerosa, mi vida estuvo siempre rodeada de personas embarazadas y bebés. Al mudarme a Alemania a realizar mi estudio de maestría, seguí mi ímpetu por estar rodeada de niños apoyando a familias como niñera. Siempre pensé que quería dedicarme al cuidado de los bebés desde un modo profesional, donde pudiera no sólo ayudar cuidando a los niños sino también dando un apoyo sólido e informado a los padres. Las doulas que me han guiado en mi entrenamiento me han dicho que desde el principio yo era ya una doula. Sin embargo, era importante para mí sumarle a mi vocación estudios con diferentes instituciones que hacen de mi práctica una más completa, respaldada con información actualizada, con una perspectiva de justicia social y de confianza en el proceso fisiológico de los nacimientos.

¿Cuál ha sido la formación específica en tu camino de convertirte en doula?

Comencé mi formación como doula con el obstetra francés y experto en nacimientos fisiológicos Michel Odent y su compañera de práctica, la doula argentina Liliana Lammers, los dos fundadores de la entidad de entrenamientos de doulas del Reino Unido. Luego continué entrenándome con la organización que lidera la vanguardia de entrenamientos para doulas llamada Doula Trainings International de Estados Unidos. De este modo, mis estudios tienen una raíz multicultural ideal en la práctica en una ciudad donde confluyen muchas comunidades de diferentes partes del mundo. Por ello llamé mi práctica Doula Carolina Berlín, teniendo como centro de mis servicios una conciencia de respeto incondicional sin importar qué elijan las familias, sin importar de qué lugar vengan, su género (por ello trato de no enfocar mi vocabulario sólo en mujer, madre, maridos, esposas, sino en familias, tengan la configuración que tengan). El apellido de mi práctica es la ciudad en donde ejerzo mi profesión porque mis servicios no se guían por una filosofía específica sino por el lugar donde confluimos las personas que buscan apoyo en este momento drástico de sus vidas y mi pasión por estar ahí para ellas.

Siendo una doula colombiana que trabaja  principalmente en Alemania, ¿qué diferencias ves entre ambos sistemas?

Cuando quedé embarazada, me sorprendí de lo diferente que es el sistema médico en Berlín en comparación con lo que conozco de la práctica obstétrica en Bogotá. En Berlín, por ejemplo, la mayoría de los partos son atendidos por parteras, tanto en hospitales como en centros de parto y en partos en casa, y en los hospitales el obstetra sólo es llamado en caso de que haya una complicación médica. Las salas de partos en algunos hospitales en Alemania están diseñadas para reflejar en lo posible el ambiente de la casa: muebles menos enfocados en lo quirúrjico, amplios y cómodos, una tina dispuesta en la sala para ofrecer la posiblidad de un nacimiento en agua, fulares colgando del techo para que la persona durante su parto pueda sostenerse de allí en diferentes posturas… es una imagen que inspira seguridad y confianza en que el cuerpo sabe lo que hace en los nacimientos y que no son una enfermedad ni una emergencia médica. Un nacimiento en un embarazo de bajo riesgo no es patológico, es fisiológico. Y esto se ve en la cultura alemana en el hecho de que muchas familias escogen sus propias casas como lugar de nacimiento, o centros de parto, o incluso en caso de elegir hospitales, éstos se asemejen en cierta medida a una casa. Entonces al momento de escoger en dónde y con qué proveedor de cuidado tener mi parto confié que estaba en buenas manos en un hospital, porque la imagen de éstos así lo sugería.

¿Y cómo te fue a ti con tu parto?

Cuando tuve a mi hijo yo todavía no era doula. Su nacimiento es un caso más de lo que se conoce como “nacimiento traumático” porque mi hijo y yo sufrimos de un mal del que poco se habla pero que muy seguido se vive alrededor del mundo: la violencia obstétrica. Esto no implica que los médicos u hospitales tengan la intención de herir, ni que no les importe el bienestar del bebé y sus padres. Es que se ha patologizado el nacimiento: muy rápidamente se vuelve un hecho de emergencia y se interviene tratando de ayudar, generando con una pequeña primera intervención una cascada de intervenciones que forman una condición todo menos tranquila y de confianza y seguridad para la familia.

¿Y cuáles crees que son las consecuencias de esta visión de parto y mujer embarazada?

Los porcentajes de las cesáreas, de inducción, de sobre-medicalización están por el techo alrededor del mundo. Las organizaciones que regulan las prácticas médicas sugieren no intervenir, no optar tan rápidamente por una cesárea, no presionar en cuestión de tiempos el modo en que el parto se desarrolla. Los estudios han demostrado que al respetar los tiempos del nacimiento fisiológico (no intervenido, no medicalizado), los resultados emocionales y físicos de los bebés y padres son mucho mejores, menos nacimientos traumáticos y mucho más saludables.

Es decir que tu experiencia de parto  también te motivó para convertirte en doula…

Mi hijo y yo sobrevivimos y estamos saludables, con cicatrices que nuestro cuerpo no muestra, pero con las que hemos cargado en estos años de tiempo posparto. Y me pregunté entonces: cómo se puede evitar este trauma, este dolor, estos abusos, cuando el diseño es tan bonito y apacible, cuando el cuerpo sabe lo que hace y sabe parir, pero al momento de llevar a cabo el parto las prácticas médicas se imponen y silencian el cuerpo que trata de indicar qué es lo que realmente necesita. Los hospitales olvidan que cada familia es un universo único e irrepetible y que, aunque cada año cientos de personas pasan por sus salas de parto, el cómo sea el nacimiento de cada uno de esos bebés puede cambiar la vida de esa familia para siempre. Estar saludable importa muchísimo. Cómo se nace también. Los avances médicos y tecnológicos han salvado muchísimas vidas. La medicina es muy buena en el momento de rescatar y salvar a pacientes malheridos. Lastimosamente, nuestras vidas híper-medicalizadas también han hecho que olvidemos y perdamos ciertas ventajas que vienen innatas en nosotros, entre otros, la ventaja de que nuestro cuerpo tiene todo lo que necesita para hacer que un bebé crezca en él y nazca por sí solo respetando el tiempo que necesite para hacerlo. Una doula recuerda a la familia una y otra vez que su cuerpo es capaz, puede y sabe hacer lo que se le está pidiendo que haga. Quisiera haber tenido una doula en el nacimiento de mi hijo. Como no puedo cambiar ese hecho sí puedo cambiar lo que viene después de esa experiencia: dedicar mi vida a acompañar y apoyar a quienes lo necesitan en esos momentos tan cruciales de sus vidas. El sólo hecho de tener una presencia constante, alguien con quién conectarse que se ocupe sólo de esa familia para guardar el espacio sagrado de su nacimiento, ya hace una diferencia enorme sea cual sea el modo en que el nacimiento ocurra.

¿Cuáles pueden ser las dificultades que encuentra una doula para el desarrollo óptimo de su rol: culturales, institucionales?

La cultura de miedo, pudor, desconocimiento alrededor de las funciones de nuestro cuerpo hacen que creamos más en los doctores, en los hospitales que en nuestra propia habilidad para hacer lo que el cuerpo sabe hacer por sí mismo. Escuchamos muy poco a lo que nuestro cuerpo nos dice y escuchamos mucho a lo que nos dicen de él. Sabemos mejor cómo manejar un carro o un computador que cómo caminar o pararnos en una postura ideal. Añadido a esto, la cultura del silencio hace que muchas personas hayan sufrido nacimientos traumáticos y no hablen de ello pensando que las mamás deben únicamente ser mamás agradecidas por el regalo de la vida de sus hijos y que “lo único que importa es que el bebé esté saludable”.

Ya hemos hablado del apoyo de la doula en la etapa de embarazo y del parto, pero qué tan crucial es el soporte durante el posparto?

La doula posparto guía en el cuidado del bebé respecto de sus necesidades básicas y hábitos de cuidado ideales así como dando apoyo en el establecimiento del comienzo de la lactancia o alimentación suplementaria. Algo esencial en este tiempo es también el poder procesar la historia de nacimiento, abrir un diálogo de cómo sucedió y cómo se recuerda, qué efectos tiene esta historia en el cuerpo y el alma, sabiendo darles un lugar y una atención suficiente para que sea posible crecer desde lo que sucedió sin estancarse en los puntos difíciles que pueden seguir ensombreciendo el tiempo posparto por meses o incluso años.

A propósito de esto que acabas de decir, cómo ves desde tu punto de vista de doula el tema de la depresión posparto?

La depresión posparto ocurre en una de siete personas después de un parto. Es una enfermedad común que requiere cuidado y atención y pocas personas se atreven a aceptar que necesitan ayuda por la presión de poner una buena cara y enfocarse sólo en el bebé. Una doula posparto está junto a la familia en estas primeras semanas de vida del bebé, notando los síntomas de una depresión o ansiedad crónica y puede sugerir a tiempo que se busque ayuda de un terapeuta, por ejemplo. Pero si la apariencia se mantiene y el silencio tapa lo que de verdad se siente, es muy difícil poder ayudar a esa familia a sanar. Si sólo se oyen historias embellecidas, las personas seguirán entrando sin preparación y con expectativas inalcanzables a los momentos tan vulnerables que implica el embarazo, el parto y el tiempo posparto. Tantas veces he escuchado el “¡pero nadie me dijo que podía ser así de duro! ¿O será que es sólo duro para mí?” No. Es duro para muchos y debemos decirlo más y más duro. Falta mucha educación sobre nuestra capacidad innata de dar a luz y nutrir a nuestros bebés.

Y finalmente, ¿por qué una familia o una mamá debería buscar la asistencia de una doula?

Una familia que cree en el amor desde donde se fundó esa nueva vida, una familia en la que se siente la confianza y seguridad del cuerpo que hará nacer esa nueva vida… esa familia podrá enfrentar mucho mejor el fuerte reto de los primeros meses e incluso años de criar a sus hijos. Cómo nacemos lo llevamos marcado en el cuerpo y en el alma. Merecemos nacer del modo en que fuimos concebidos: con placer, con amor, en un espacio seguro. Una doula es guardiana de este derecho y hará todo lo que esté en su poder para que la familia lo pueda experimentar así.

Gracias Carolina. Entendí muchas cosas y despejé muchas dudas, espero que así sea para los que lean este artículo.

*Carolina vendrá a Bogotá durante el mes de diciembre y estará felizmente disponible para recibir preguntas, consultas, acompañar familias que esperan bebés para esta época o que quieran tener apoyo en su tiempo posparto.

Para mayor información: Carolina Domínguez Alarcón. www.doulacarolina.com

www.facebook.com/doulacarolinaberlin doula.carolinaberlin@gmail.com   –  Doula Carolina Berlin, Germany

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