10 reglas de una mamá eco

Enseñando a nuestros hijos a cuidar nuestra casa

Ya estamos empezando abril, pero todavía el 2018 no ha llegado a la adultez, digamos que ya está cambiando de voz y le está saliendo bigote, pero todavía este año no ha cumplido la mayoría de edad; así que estamos muy a tiempo de retomar nuestros propósitos de enero. Uno de los míos era, o más bien es, empezar a cambiar algunos hábitos que no son muy amigables con el planeta. Por ejemplo, mi amiga Lu en Alemania usa pañales de tela para sus dos hijos de 4 y 1 año, como lo hacían nuestras mamás en los 70. Solo que mientras esas mamás setenteras maldecían cada vez que restregaban con un cepillo el popó de la tela, Lu lo hace casi con gusto, a sabiendas de que esa ha sido parte de su elección para ser una madre ecológica. Yo hasta allá no he llegado, mi consciencia verde no es así de generosa, pero si he empezado a hacer algunos pequeños cambios en mi vida, en mi casa, cambios muy realistas, que pueden ayudar, acá te cuento los más importantes:

  1. Heredar ropa. Si los pantalones y camisetas sobreviven invictos al barro y la tierra, ¿por qué comprarles ropa nueva cuando pueden heredar la de algún amigo, primo, vecino? Este año mi propósito es no comprarle NADA de ropa nueva a Aurora, a menos que sea estrictamente necesario. Y lo mismo para mí. Eso de que no tenemos qué ponernos es un exabrupto, o si no vayan a darle ahora mismo un vistazo a sus armarios.
  2. Heredar juguetes. Si después de dos días ya ni voltean a ver a la Barbie azafata y les parece lo máximo jugar con un rollo de papel higiénico, ¿para qué tantos juguetes? Saqué de mi casa un montón de muñecoides made in china que ya con la batería descargada seguían cantando por ahí como borrachos sus desafinadas canciones. Además se prendían solos, rompiendo esa armonía hogareña en el momento menos indicado.
  3. Lavar menos y con la carga de la lavadora llena. A menos que el mugre sea muy evidente, una camisa se puede poner más de una vez.
  4. Usar detergentes y limpiadores sin ingredientes nocivos y tóxicos para el ambiente. Algunos los venden, otros se pueden preparar muy fácil en la casa, en un próximo post pondré las recetas para hacer algunos de estos productos naturales y eficaces para la limpieza que, además, no producen alergias y resultan mucho más económicos.
  5. Plantas en la casa. Esto si no es nuevo para mí, adoro las maticas, me parece que son una óptima decoración y lo mejor es cuando en las noches, ya en piyama y cuando todo está en silencio, las regamos, les hablamos, les ponemos nombres. Cuidar una planta es una buena forma de enseñarles a los niños a apreciar las bondades de la naturaleza.
  6. Aire libre. Si el clima lo permite, preferir siempre actividades al aire libre, que los niños se embarren, se mojen, estén en contacto con el pasto, los árboles, que vean animales e insectos “en persona” y no solo por televisión.
  7. Transporte público o bici en vez de carro. Sé lo que están pensando los que viven en ciudades como Bogotá, bien decía mi tío Franco: “Contra soberbia: bus”; a veces en estas megalópolis, montar en bus más que una demostración de consciencia ecológica, es una prueba de templanza, paciencia y resistencia física al mejor estilo sensei. Pero es mejor que llenar el aire que respiramos de humo y metales pesados solo por no caminar unas cuadras.
  8. No comprar agua en botellas de plástico ni a bate. Mejor tomar agua de la llave y más bien usar un filtro. Si vamos a salir, usar un termo o botella de vidrio para llevar el agua.
  9. Bombillos ahorradores. Ya los he cambiado en varios lugares de mi casa. Los bombillos ahorradores cuestan más, pero duran tres veces lo que duran los tradicionales, además de usar el 85% menos de energía eléctrica.
  10. Cargar SIEMPRE una bolsa en la cartera. Antes se me olvidaba, así que en el supermercado a la hora de pagar, tenía que comprar bolsas de plástico. Ahora mantengo mi bolsa de tela en mi cartera, de esas bolsas que se doblan y quedan muy pequeñas, así que ni siquiera ocupa espacio y la tengo siempre lista para echar lo que compro.

¿Qué otras cosas hacen ustedes para ser unas mamás eco?

 

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