Cuando vivía en Italia extrañaba muchas cosas del trópico: el mango, el plátano, el lulo, pero sobre todo me hacía falta poder coger un carro y cambiar de clima en 2 horas. Llevamos ya un buen tiempo en Bogotá y a veces metidos en el trajín de la ciudad se nos olvida que hay lugares increíbles muy cerca. Paradójicamente son siempre nuestros amigos extranjeros los que nos arman plan para salir, así conocimos hace unos años el Páramo de Sumapaz, por un amigo sueco. Hace unos días un italiano, amigo del colegio de mi esposo, le mandó un mensaje de whatsapp:
-Vamos el domingo a Chicaque.
-¿Chi qué?
-No puedo creer que no sepan de Chicaque.
Pues no sabíamos. No teníamos ni idea, jamás habíamos oído hablar de un parque natural que queda pegado a la ciudad, a la salida de Bogotá por la vía a Soacha, aunque también se puede llegar por la 80.
Chicaque nos gustó mucho. Tiene un paisaje exuberante con algunas zonas de niebla y fuentes de agua naturales. En el parque se pueden hacer caminatas y cabalgatas. EL TERRENO ES EMPINADO, por eso hay diferentes rutas que varían según la dificultad y el tiempo para recorrerlas. También está la posibilidad de quedarse a dormir con diferentes opciones: un hotel rústico, cabañas, y los famosos “nidos” que son casas en árboles, de estos hay dos. También hay dos zonas de camping, una de las cuales es de lo que ahora llaman “glamping” una especie de camping sofisticado.
Una de las mejore cosas del parque es María Eugenia, su guía. A los 20 años trabajaba como secretaria en una oficina en el centro de Bogotá. Un día su jefe le dijo que se fuera a hacerle las vueltas para agilizarle la pensión. En la fila, María Eugenia vio un montón de viejitos encorvados que esperaban el turno, después de una vida entera de oficina. A los días habló con su jefe:
-¿Pero usted está loca María Eugenia? – le dijo cuando vio la carta de renuncia sobre su escritorio.
-Doctor, yo solo estoy segura de que nací para un trabajo sedentario.
Después de unos meses apretados por la falta de sueldo, María Eugenia iba caminando por una calle cuando una camioneta paró. Era un ex colega que ahora estaba trabajando en un nuevo proyecto de un parque natural. Y así empezó, haciendo rondas de limpieza, y orientando a los pocos visitantes que llegaban en esa época. Hoy es la guía oficial y lleva más de 30 años subiendo y bajando los senderos de Chicaque, que se conoce de memoria.
Así que si quieren respirar aire puro a pocos kilómetros de Bogotá, les recomiendo ir al Parque Natural Chicaque.
¿Qué nos gustó?
- Cerca de la ciudad.
- Paisaje maravilloso y aire puro.
- Fuentes de agua naturales, (hasta tomamos agüita de ahí!:-)
- Restaurante rico.
Recomendaciones:
Teniendo en cuenta que el terreno no es plano y hay pendientes muy pronunciadas, yo recomiendo:
- Reservar unos de los jeeps que tiene el parque para el transporte en algunos tramos dentro de él, sobre todo el regreso a la portería y si vas con niños.
- Si vas con niños, escoger las caminatas más cortas. En algunos pedazos hay que cargarlos. No recomiendo llevar a los que son muy pequeños.
- Botas especiales para lluvia, pero que no sean resbalosas.
- Impermeables.
- Cachucha, gafas de sol y bloqueador.
- Tener buen estado físico.
Les dejo la pagina del parque en donde pueden encontrar más información:
http://www.chicaque.com
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