Desde cero

clases de piano virtuales

A veces pienso seriamente en dejar las redes sociales. Sí, “dejar” como alguien que deja el cigarillo, el juego o cualquier otro vicio porque al final, considerando el tiempo que nos chupan las vidas de los otros en pantalla, eso son: un vicio. Otras veces en cambio, me topo con las bondades de esa caja de Pandora que se abre cada vez que entramos a Youtube o a Tiktok. Entonces pienso en que no quiero dejar las redes, las quiero domesticar.

Pero ese es el problema: que entramos a mandar un mensaje por messenger y terminamos 30 minutos viendo al chino bailarín, y de 30 en 30 se nos va la vida saltando de meme en meme. Internet no es una bestia fácil de amansar.

Como en una tienda, querer entrar y llevarse solo lo que uno fue a comprar es casi imposible porque internet es una trampa, un laberinto. Pero dando tumbos por sus pasillos y recovecos podemos encontrarnos con verdaderos tesoros.

Hace unos días entré a un curso de piano desde cero por Youtube. La profesora, una española simpática y paciente, enseña a personas esparcidas por todos los rincones del planeta a dar sus primeron pinitos con las teclas. Solo leer los comentarios que le dejan me devuelve la fe en una humanidad interconectada.

Aprende a tocar el piano como en el conservatorio, es la promesa de la youtuber. Un teclado, una buena conexión wifi: una vida nueva. A veces necesitamos tan poco. Sus alumnos siguen el curso con dedicación y entusiamo. No me quiero morir sin haber aprendido a tocar al menos una canción, dice una de las pupilas. Otra, @doralysv.my, en el silencio de la noche, cuando los hijos por fin duermen, desempolva su vieja organeta para conectarse y su cocina con los platos todavía por lavar se transforma por 30 minutos en esa sala de conservatorio a la que nunca fue en su vida.

En el ciberespacio no hay barreras mentales para las ganas de aprender. Tampoco parecerían existir las barreras materiales como lo corrobora el comentario de otro de los asiduos alumnos: Qué emoción, por fin encontré el curso perfecto para para mí, solo me falta tener el piano. Lo mismo le pasa a otra que mientras lo compra, dice, entrena con los dedos sobre una mesa. Nada es imposible porque internet lo hace posible.

Quien no pudo por plata, quien no pudo por tiempo, quien no pudo porque los misterios del destino lo pusieron a contar recibos en un cubículo en vez de contar los tiempos de las blancas y las negras. Todos unidos al compás del piano en un canal de Youtube. El baterista rockero que quiere mejorar su técnica. La señora de 70 que está ilusionada con aprender a tocar un bolero. Y mi preferido: el señor de Perú que le implora a la profesora: Señorita, por favor… !No nos deje!

Y después de leer todos los comentarios del curso con la lágrima en el ojo, miro el reloj. Ya pasaron 40 minutos y yo ni siquiera he sacado la organeta.

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