Segundones que amamos

Segundones que amamamos

Lo vi en un video de la tiktoker @apariciomeli: Instagram genera FOMO y Tiktok genera empatía. Yo creo que tal vez a eso de debe el éxito de la segunda red social. FOMO traducido del inglés “Fear of Missing Out”, corresponde a algo así como la sensación de estarse perdiendo de algo, de no haber sido invitado a la fiesta, de estar siempre atrás en la carrera de la vida, de no tener el pasto lo suficientemente verde, ni la barriga lo suficientemente flaca. Bueno, eso dicen, es lo que generan todas las redes sociales, pero en especial Instagram: esa slot machine donde se desparraman durante horas pasteles veganos perfectos, paisajes que nos dejan sin aliento, vidas que parecen de película.

Pero como decía en su canción ochentera el sabio y certero José José, hasta la belleza cansa y el amor, en este caso por Instagram, también acaba. Mucha gente se muda a Tiktok o pasan de reojo para irse quedando. No es que Tiktok no genere FOMO, pero la cereza del pastel de esta red social china no es la perfección, sino todo lo contrario. Los videos más vistos y compartidos generalmente muestran la versión más desencajada y vulnerable de usuarios random, pero también de personajes reconocidos.

Si en Instagram la actriz Eva Longoria postea su foto de diva dorada llegando a la alfombra roja en Cannes, en Tiktok se balancea sobre una mecedora con unas pantuflas viejas y los pelos barnizados mientras le tiñen la melena justo antes del evento.

Instagram es la niña linda del colegio que te sonríe fingidamente y Tiktok es tu compañera de pupitre con la que te orinas de la risa. Claro que quisieras el pelo y los dientes de la linda del colegio, pero la pasas mucho mejor con tu vecina de puesto.

Instagram funciona como una vitrina. Deseas, fantaseas, haces cálculos, cuentas tus monedas y concluyes que no te alcanza para tanto. Tiktok es el bluejean viejo que te hereda tu prima y sin esperártelo te queda de maravilla.

Es la carrera de la vida vista desde miradas distintas. Un poco como el Coyote y el Correcaminos, esa serie animada de Looney Tunes, ya a estas alturas vintage, en donde el pobre Coyote consumía todas sus fuerzas físicas y mentales tratando de alcanzar al aletoso Correcaminos. Todo le salía mal y por eso lo amábamos. Instagram nos muestra los primeros planos de Correcaminos perfectos en poses de ganadores. En Tiktok estamos siempre de la parte del Coyote, viendo sus vida corriente y magnética como en un detrás de cámaras íntimo y entrañable.

Un bailarín desconocido que se hace viral porque alguien desde un bus lo grabó mientras saltaba charcos con gracia después de una audición fallida. Una aprendiz de pastelera que se burla ella misma de sus tortas horrendas. La narrativa de los perdedores será siempre más interesante. De ella se han nutrido grandes películas y libros memorables, de segundones y venidos a menos que convirtieron las piedras de su camino en poesía. Acá las vuelven videos y las hacen virales.

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