Tengo una amiga argentina que tiene una combinación exquisita: sentido del humor y recetas de tortas esponjosas y deliciosas. ¿Cómo puedo negarme cuando me invita a su casa? sentarse con un té caliente, una crostata hecha por ella y reírme de todos sus apuntes acerca de la vida, los libros, los viajes, la maternidad.