Cuando viví en Italia trabajé un tiempo como guía turística en Roma. Imaginen la estación central de una de las ciudades más concurridas desde Nerón y más atrás. Buses, taxis, palomas gordas buscando comida, puestos de venta de libros viejos, excursiones de bachilleres, pitos, rusas divinas jalando maletas en tacón puntilla, olor a kebab....