
Llegó la primavera y mi cuerpo lo sabe. Siendo tan friolenta no veía la hora de que las temperaturas subieran y eso que Roma no se caracteriza por inviernos extremos.
Y es que siendo Vata dosha necesito siempre calor para equilibrar mi energía. Cuando descubrí los doshas del Ayurveda entendí el por qué de muchas de mis características físicas, emocionales y mentales.
En Ayurveda existen 3 doshas o biotipos básicos: Vata, Pitta y Kapha. Nunca somos uno completamente, casi siempre tenemos una mezcla, pero uno prevalece.
Por ejemplo Vata, el que predomina en mí, se caracteriza físicamente por ser frío, seco, rápido, de contextura sutil. A nivel mental y emocional Vata es entusiasta, vivaz y creativo, pero también inconstante y elevado. Lo mejor de Ayurveda es que nos enseña a equilibrar nuestro dosha predominante compensando sus falencias o puntos débiles a través de la alimentación y los hábitos cotidianos. Por ejemplo, siendo Vata frío, necesita de calor para equilibrar su energía: vivir en climas cálidos o templados, cubrirse muy bien en invierno, darse masajes con aceite de ajonjolí en las noches para evitar pies helados (yo) también necesita alimentos que aumenten su fuego interno y lo ayuden a “aterrizar” y sentirse más enraizado, centrado y estable como jengibre, pimienta o tubérculos.
A vuelo de pájaro, les dejo una descripción muy breve de los tres doshas y sus características principales para que tengan una idea y se antojen de explorarlos más a fondo.
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