La señora Ruth era amiga de mi mamá. Empezaba su faena a las cinco de la mañana. La despertaban unos lamidos de lengua áspera: era Garfio, el perro, que exigía salir a hacer pipí: -Les compro el perro, pero ustedes lo sacan y le dan comida.
La señora Ruth era amiga de mi mamá. Empezaba su faena a las cinco de la mañana. La despertaban unos lamidos de lengua áspera: era Garfio, el perro, que exigía salir a hacer pipí: -Les compro el perro, pero ustedes lo sacan y le dan comida.