Estamos en un supermercado con mi hija y mi mamá. De pronto, un niño se tira al suelo a llorar como si le estuvieran arrancando los pelos: -¡Quiero ese Hombre Arañaaaaaaaaa….aaaaaaaaaa….aaaaaaaaaaaa! Clientes, cajeras, vigilantes, viejitas en pensión sin nada que hacer, adolescentes en letargo, absolutamente todos inmediatamente buscan con los ojos a la mamá. No...