Mi nonna tenía un nombre de película: Floriana Di Petta. Un jardín lleno de flores con dos tetas, como fuentes, en la mitad. A eso me sonaba su nombre cuando yo era pequeña. Mi nonna era un cojín abullonado en el que yo adoraba desmoronarme.
Mi nonna tenía un nombre de película: Floriana Di Petta. Un jardín lleno de flores con dos tetas, como fuentes, en la mitad. A eso me sonaba su nombre cuando yo era pequeña. Mi nonna era un cojín abullonado en el que yo adoraba desmoronarme.
Los primeros ñoquis que probé fueron los de mi nonna Floriana, hechos en la casa para ensalzar las ocasiones especiales. Para los días ordinarios estaba la pasta, la pasta con salsa de carne, para los días más ordinarios todavía, estaba la pasta sola con mantequilla y parmesano. En Italia a esa pasta le dicen el...