Claro que son más de cinco, pero estas son mis preferidas:
- Con el clima de Bogotá, pasar la tarde en la biblioteca es liberador para mamá e hij@. Después de estar encerradas en la casa, ver llover por horas desde la ventana, haber vaciado toda la canasta de juguetes tres veces y recurrir como último recurso a la tele para distraer al retoño, no sin cargo de consciencia por haberlo hecho, la biblioteca es una salvación.
Variedad de libros para escoger - Talleres y actividades especialmente dirigidos a los niños y que incentivan la lectura de una forma lúdica. Muchas bibliotecas en la ciudad organizan «Hora del cuento» o talleres de manualidades según las edades. Hay que revisar periódicamente la oferta en internet para estar actualizados al respecto.
Un espacio para enamorarse del arte y la lectura - Socialización con otros niños, especialmente si nuestro hijo todavía no va al colegio o al jardín, es un espacio donde puede jugar y compartir con personas de su edad.
- Oferta literaria rica y variada para grandes y pequeños es un mismo lugar. Por muy nutrida que sea nuestra biblioteca familiar, tanto los niños como nosotros vamos a poder tener acceso a muchos libros diferentes que no tenemos en la casa.
- Asociar la lectura y los libros a un espacio agradable, colorido, cómodo y bonito donde los niños se sienten libres para para explorar por su cuenta y escoger los libros que quieran para leerlos cómodamente sobre un tapete o unos cojines abullonados.

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