¿Cuántas veces hacemos una actividad específica, puntual (jugar con los niños, por ejemplo) pero a mismo tiempo nuestra cabeza está en otro lado? en los recibos, la lista de pendientes pegada en la nevera, las llamadas por hacer o el pitico de whatsapp.
Afortunadas nuestras mamás que vivieron una maternidad sin celular. Nosotras, además de toda nuestra distracción mental, tenemos que lidiar con un aparato cuya misión principal es sacarnos permanentemente de donde estamos con timbres, alarmas, mensajes.
Mindfulness es una palabra de moda, algo de lo que todos hablan, pero no es otra cosa que estar presente, cien por ciento: atención plena, lo cual es complicadísimo en esta era de la distracción. No soy ninguna experta en Mindfulness, soy simplemente una mamá que se siente como todas, muchas veces demasiado ocupada, cansada o dispersa. He probado algunas vías concretas para tratar de sentirme más conectada conmigo, más despejada, más centrada. Hoy les quiero contar acerca de estos 4 pequeños ejercicios que definitivamente marcan una diferencia en mi día y me han ayudado a liberarme del estrés y concentrar mi energía:
- Observación de la respiración. En cualquier momento del día, en medio del tráfico, en la cola de un banco o donde sea: observar con curiosidad genuina la propia inhalación y exhalación, tal y como es, sin forzar ningún ritmo o intensidad. Lo hago cada vez que puedo, así sea solo por tres o cinco respiraciones.
- Juego. Jugar con mi hija, en serio, sin interrupciones. Aunque sean 20 minutos, pongo el celular en modo silencio y así corto de plano la tentación de correr a contestar llamadas o mensajes. Jugamos sin que yo tenga el teléfono en la mano, sin que mis ojos estén clavados en una pantalla mientras le hablo. me meto completamente en la trama de las Barbies, los castillos, los dibujos, etc…
- Observación de la comida. Desayuno generalmente sola porque me levanto más temprano que el resto en la casa. Trato de que el desayuno sea mi momento del día para sentarme a comer con calma, concentrándome en las sensaciones físicas de los alimentos, el sabor de cada cosa, en silencio, despacio, sin pantallas, sin distracciones. Puede que el desayuno para muchas de ustedes sea el momento más agitado de la jornada, en ese caso pueden escoger otra comida del día como la merienda o un té antes de dormir.
- Movimiento. La mente está constantemente brincando de un lugar a otro, pero el cuerpo está siempre anclado al momento presente. Así que cualquier actividad corporal que podamos hacer por unos minutos entregándonos completamente a ella, nos lleva inevitablemente a estar presentes. El yoga es una buena opción en la que podemos involucrar a nuestros hijos, pero no necesariamente debe ser yoga. Pueden ser estiramientos en la cama al levantarse o una caminata hacia el paradero observando con atención las sensaciones de las piernas y los pies al pisar el pavimento y moverse para desplazarse.
Espero que estos ejercicios que me han funcionado, les sirvan. Pero espero también que descubran cuáles actividades en el día les dan la oportunidad y el gusto de centrar su atención de manera plena, consciente y placentera 😉 así sea por unos minutos, eso es Mindfulness.
Foto por: Taty Martínez de @maravillosa.foto
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