Estuve ayer dando una clase virtual a un grupo de mujeres y mamás sobre autocuidado. Cuando somos mamás la falta de tiempo y energías hacen que nos dejemos siempre para lo último.
Autocuidado, como puse en un post de instagram, no es irse a un spa (aunque mal no nos sentaría) ni tampoco escaparse de la rutina cotidiana (que tampoco podríamos así quisiéramos) pero si es tener algunos momentos durante el día para recargar nuestra pila, retomar fuerzas y equilibrar las presiones físicas, mentales y emocionales que podemos sentir.
Les dejo algunas prácticas de autocuidado que estuve compartiendo con las mamás de la clase de ayer y espero que en algún momento de su día las puedan aplicar.
- Automasaje. Si no tenemos a nadie que nos lo haga, frescas, nosotras mismas podemos darnos un masaje corporal de 5 minutos que active la circulación y sobre todo mueva la energía estancada. Lo podemos hacer con aceite de ajonjolí ( mi preferido ya que soy friolenta y este aceite guarda calor) o con aceite de almendras. Comenzando por las plantas de los pies, en círculos y subiendo por las pantorrillas, muslos, etc… También lo podemos hacer con un cepillo de cerdas naturales en seco, justo antes del baño, esto también ayuda a eliminar las células muertas.
- Comida poderosa. Incluir en nuestra dieta diaria estos alimentos que suben el ánimo: chocolate negro, almendras, nueces, banano y mucha agua.
- Tiempo a solas. Para observar, agradecer y activar esa conexión espiritual, simplemente estar. Sé que es difícil porque a veces ni el en baño lo logramos, pero esos 10 minutos antes de dormirse o al levantarse para estar con nosotras mismas, para acordarnos de quiénes somos. Con ojos cerrados simplemente respirar y ponerle atención al aire que entra y sale, observando las sensaciones físicas que nos produce la respiración, cómo se mueve el pecho, el vientre mientras respiramos.
- Buscar pares. expresar las emociones negativas que sentimos a manera de desahogo es liberador. Una charla con otras mujeres en el parque, un encuentro con amigas para tomarse unos vinos, un curso de algo en donde podamos compartir y hablar de los que sentimos en un contexto de identificación con las otras, de sentirnos acompañadas.
- Dieta digital. Ayer este punto en la charla se alargó bastante. Noté que es lo que más abruma y crea sentimientos negativos de comparación, de sentirse minimizadas. Así como con la comida, hay que hacer una dieta digital que no es dejar de meterse a redes o ver internet, pero si escoger cuáles con los contenidos que estamos consumiendo y cada vez que estemos en Instagram, Facebook, etc, preguntarnos: ¿ esto me nutre?, ¿ esto me inspira? si la respuesta es NO, si después de exponernos a ciertos contenidos nos sentimos mal, desanimadas, amargadas y además sentimos que hemos perdido nuestro precioso tiempo, esos contenidos NO son para nosotras. Una buena dieta digital puede mejorar muchísimo la relación con nosotras mismas y ayudarnos a concentrar esa energía en CREAR y no simplemente en espiar pasivamente las vidas de otros.
Espero que puedan poner en práctica estas sugerencias, no todas, no siempre, pero hay que empezar por algo porque para cuidar tenemos que cuidarnos 🙂
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